CAPITULO 31: DEL ESTADO DEL HOMBRE DESPUÉS DE LA MUERTE Y DE LA RESURRECCIÓN DE LOS MUERTOS
1. Los cuerpos de los hombres vuelven al polvo después de la muerte y ven la corrupción,' pero sus almas (que ni mueren ni duermen), teniendo una subsistencia inmortal, vuelven inmediatamente a Dios que las dio.2 Las almas de los justos, siendo entonces hechas perfectas en santidad, son recibidas en el Paraíso donde están con Cristo, y contemplan la faz de Dios en luz y gloria, esperando la plena redención de sus cuerpos. Las almas de los malvados son arrojadas al infierno, donde permanecen atormentadas y envueltas en densas tinieblas, reservadas para el juicio del gran díL4 Fuera de estos dos lugan~ para las almas separadas de sus cuerpos, la Escritura no reconoce ningún otro.
Para el estudio adicional:
raíces del Bautista en América: El fondo histórico de Bautista reformados en América ", Samuel E. Waldron, Simpson que publica Co. (1991)
" una exposición moderna 1689 del Bautista Confession de la fe ", Samuel E. Waldron, prensa evangélica, 1989
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